sábado, 6 de febrero de 2010

Las bodas de Caná
1 Al tercer día se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y estaba allí la madre de Jesús. 2 También fueron invitados a las bodas Jesús y sus discípulos. 3 Y faltó vino. Entonces la madre de Jesús le dijo:
--No tienen vino.
4 Jesús le dijo:
--¿Qué tiene que ver esto con nosotros, mujer? Aún no ha llegado mi hora.
5 Su madre dijo a los que servían:
--Haced todo lo que él os diga.
6 Había allí seis tinajas de piedra para agua, dispuestas para el rito de purificación de los judíos en cada una de ellas cabían dos o tres cántaros. 7 Jesús les dijo:
--Llenad de agua estas tinajas.
Y las llenaron hasta arriba. 8 Entonces les dijo:
--Sacad ahora un poco y presentadlo al encargado del banquete.
Y se lo presentaron. 9 Cuando el encargado del banquete probó el agua hecha vino, sin saber de dónde era (aunque sí lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua), llamó al esposo 10 y le dijo:
--Todo hombre sirve primero el buen vino, y cuando han bebido mucho, el inferior; sin embargo, tú has reservado el buen vino hasta ahora. (R.V. 95).

No se si le ha pasado hermano, que cuando habla con alguien, sobre la palabra de Dios y esta persona es alguien que tiene, digamos un gusto especial por el alcohol y además un cierto conocimiento de la Biblia, generalmente le hace el comentario de que si el embriagarse es malo entonces porque Jesús convirtió el agua en vino, (haciendo referencia a este capitulo 2 de el evangelio según San Juan).

Sin embargo, al analizar este capitulo nos daremos cuenta que el mensaje va mucho mas allá de la conversión de agua en vino.

Efectivamente la historia dice que Jesucristo convirtió aquella agua en vino. Ahora, yo quiero pedirle que por favor imagine esa agua, era simple, tal vez incolora, sinsabor y sin olor, no muy contaminada porque en esas épocas el agua era de pozos, y no había tanta contaminación como hoy en día en el subsuelo. El detalle es que aquella simple agua fue convertida, no solo en vino, sino en buen vino, un vino de mas excelente calidad que aquel que anteriormente se habia servido al principio del banquete (recordemos que el encargado del banquete hace hincapié sobre este hecho).

El día de hoy, podemos comparar este mundo en el cual vivimos con esas aguas o peor aun con las actuales aguas, las cuales en la actualidad tienen que pasar por múltiples procesos de purificación a fin de poder ser consumidas por el ser humano, con una forma de vivir sucia e impura, llena de vicios, violencia, rencores, etc.

Pero, también podemos tener la certeza que el mismo Jesucristo, que convirtió aquellas simples garrafas de agua en buen vino, el día de hoy puede cambiar nuestra imperfecta forma de vida en una vida de excelente calidad.

Solo es cuestión de seguir aquel mandato que diera María.
< Haced todo lo que El os diga>

El Señor Jesucristo les bendiga.