martes, 10 de mayo de 2011

ANÁLISIS DEL LIBRO DE NUMEROS.


Autor:    Moisés, generalmente aceptado.
Nombre:    Derivado del censo de Israel.
Lección Central:    La incredulidad impide la entrada a la vida abundante.
El título
El nombre español del cuarto libro del Pentateuco procede del latino Liber numerorum ("libro de los números"), tomado a su vez del griego Arithmo (LXX), que significa "números". Es obvio que este título responde a la presencia en el texto de dos censos del pueblo de Israel (cap. 1 y 26), al reparto del botín de guerra tras la victoria de los israelitas sobre los madianitas (31) y a ciertas precisiones de orden cuantitativo relacionadas con los sacrificios y las ofrendas (7; 15; 28–29). En hebreo, el título del libro es Bamidbar (lit. "en el desierto"), referencia expresa a la región sinaítica en la que se desarrollan los acontecimientos objeto de la narración.
Contenido del libro
En Números (=Nm) se pone de relieve la personalidad y la obra de Moisés, el gran libertador y legislador del pueblo de Israel. A esta misión, asumida por él desde el principio, añade ahora la de organizar a los israelitas y guiarlos durante los años de su peregrinación en busca de la Tierra prometida. En el cumplimiento de este cometido, Moisés, que siempre actuó con total fidelidad a Dios y motivado por el amor a su pueblo (14.13–19), se sintió a veces abrumado por la pesada carga moral de su responsabilidad (11.10–15) y la incomprensión de la gente que lo rodeaba. Hasta sus mismos hermanos, Aarón y María, lo criticaron y murmuraron contra él, que era persona mansa, «más que todos los hombres que había sobre la tierra» (12.3). Con todo, Moisés no cejó ni un instante en su empeño y hasta el fin de sus días siguió velando por Israel. Cuando vio ya acercarse el momento de su muerte, tomó las precauciones necesarias para que su sucesor, Josué, pudiera llevar a buen fin la encomienda de arribar a la Tierra prometida y tomar posesión de ella (27.15–23).
En contraste con la figura señera de Moisés, la conducta de los israelitas se describe en Números con rasgos bastante negativos. Ciertamente de Egipto había salido una «gran multitud de toda clase de gentes» (Ex 12.38), las cuales comenzaron a constituir en el desierto una colectividad alentada por los mismos intereses y un destino común. Pero con los agobios del penoso caminar hacia una meta todavía desconocida y que debía parecerles siempre lejana, aquellos liberados de la amarga cautividad egipcia protestaban y se rebelaban una y otra vez. En sus quejas, incluso añoraban como mejores tiempos los pasados en esclavitud. Con todo ello no cesaron de provocar la ira de Dios, y atrajeron mayores desventuras sobre Israel (cf., p.e., cap. 14). Sin embargo, pese a tan constantes faltas de fidelidad, el Señor no dejó de manifestárseles compasivo y perdonador: así Jehová, hablando con Moisés «cara a cara... y no con enigmas» (12.8), lo escucha cuando intercede a favor del pueblo, cuando le ruega que perdone a los culpables (11.2; 12.13; 14.13–19; 21.7).
Composición
Visto en conjunto y atendiendo especialmente a razones geográficas y cronológicas, Números no adolece de falta de unidad en su composición. Porque el relato, manteniéndose en la misma línea histórica del Éxodo, informa de los movimientos de Israel posteriores a su permanencia en el Sinaí y hasta la llegada al Jordán: los preparativos para reanudar el camino (cap. 1–8), la celebración de la Pascua (cap. 9), la marcha del Sinaí a Moab (cap. 10.11–21.35), la permanencia en Moab (cap. 22–32) y las instrucciones que Moisés da al pueblo junto al Jordán (cap. 33–36). Ahora bien, a pesar de esta cierta unidad global del libro, es preciso reconocer que su estructura literaria consiste más bien en una cadena de secuencias yuxtapuestas, independientes entre sí, que alternan contenidos narrativos de fácil lectura con otros muy densos, de carácter jurídico, legal, censual o cúltico. Diríase que el libro de Números no fue escrito a partir de un plan inicial unívoco, sino que su formación fue paulatina.
Esquema del contenido:
1. La permanencia en el Sinaí (1.1–10.10)
2. La larga marcha hasta Moab (10.11–21.35)
3. En las llanuras de Moab (22.1–36.13)
Referencias Proféticas: La demanda de Dios por santidad a Su pueblo, está total y finalmente satisfecha en Jesucristo, quien vino a cumplir la ley por nosotros (Mateo 5:17). El concepto del Mesías prometido se extiende por todo el libro. La ordenanza en el capítulo 19 sobre el sacrificio de la vaca alazana “perfecta, en la cual no había falta” prefigura a Cristo, el Cordero de Dios sin mancha o culpa, quien fue sacrificado por nuestros pecados. La imagen de la serpiente de bronce levantada sobre un asta para otorgar la curación física (capítulo 21) también prefigura a Cristo siendo levantado, ya sea en la cruz o en el ministerio de la Palabra, para que cualquiera que lo mire por la fe, puede obtener la salud espiritual.

En el capítulo 24, el cuarto oráculo de Balaam, habla de la estrella y del cetro que se levantará de Jacob. Aquí está una profecía de Cristo quien es llamado “la estrella de la mañana” en Apocalipsis 22:16 por Su gloria, brillantez y resplandor, y por la luz que de Él procede. Él también puede ser llamado un cetro, esto es, el portador del cetro, por su realeza. Él no solo tiene el nombre de rey, sino que tiene un reino, y gobierna con un cetro de gracia, misericordia y justicia.

Aplicación Práctica: Del Libro de Números se desprende un gran tema teológico desarrollado en el Nuevo Testamento; y es que el pecado y la incredulidad, especialmente la rebelión, acarrea el juicio de Dios. I Corintios capítulo 10 específicamente lo dice – y Hebreos 3:7 a 4:13 lo implica fuertemente – estos eventos fueron escritos como ejemplo para que los creyentes observen y los eviten. No debemos “poner nuestro corazón en cosas malas” (v.6), o ser sexualmente inmorales (v.8), o poner a Dios a prueba (v.9) o quejarnos y murmurar (v.10).

Así como los israelitas vagaron en el desierto por 40 años a causa de su rebelión, así también algunas veces Dios permite que vaguemos lejos de Él y suframos la soledad y falta de bendiciones cuando nos rebelamos contra Él. Pero Dios es fiel y justo, y así como Él restauró a los israelitas a su legítimo lugar en Su corazón; Él siempre restaurará a los cristianos al lugar de bendición e íntima comunión con Él si nos arrepentimos y regresamos a Él (1 Juan 1:9).


Reina-Valera 1995—Edición de Estudio, (Estados Unidos de América: Sociedades Bíblicas Unidas) 1998.
La Biblia de Referencia Thompson, Versión Reina-Valera 1960, Referencia Temática # 4210
Gotquestions.org
Linajeescogido.tripod.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario

OPINA PERO NO INSULTES POR FAVOR.